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Semana Santa 2010 en Marruecos... Disfrute y aventura  
31 personas, 16 coches y una semana de ensueño para repetir.

Comenzamos el viaje ya con suerte, por que a pesar de que no todos creían poder llegar a reunirse a la cena en la Playa de Almería, todos los integrantes estábamos allí reunidos, saludando a los ya conocidos ( mayoría) y conociendo a los nuevos…

 

31 personas en total, que animosamente dimos buena cuenta de nuestra última cena “Española” y de pescaditos antes de nuestras vacaciones Marroquis.

 

Salir un día mas tarde que el grueso de los que ansían viajar a Marruecos en semana santa fue un acierto, la entrada al barco sin aglomeraciones, la cafetería accesible y lo que fue mejor, a pesar de los pesares que supone la frontera de Melilla, no había la misma masificacion que el día anterior en la temida línea que separa ambos países. Además al ser domingo tampoco tuvimos el espectáculo de los que entran y salen a diario para realizar compras y pasarlas al otro lado, aun así, nadie nos quito nuestras 2 horas y media de espera, o mas….

 

Una vez en Nador, comenzaba la aventura, el discurrir por las carreteras ya es una adrenalinica sensación para los que nunca lo han hecho y mas adoptándose a un grupo ya experimentado en estos lides como era la mayoría de la expedición, a nuestros novatos sumamos una adopción, un Terrano que del grupo del Desierto de los niños bajaba con un día de retraso por avería mecánica, así que ya en frontera le ayudamos con los tramites y le incluimos en uno de nuestros grupos para que a nuestro ritmo se reuniera con su grupo y con sus chicos que marcharon en otros coches… Fue un placer conocerles.

 

El día discurrió rápido a pesar de hacer un gran desplazamiento y al anochecer cargábamos combustible para nuestras aventuras ya en Risani, en la puerta del Desierto. Nuestro amigo Ali el Cojo nos recibió en su Hotel, repartimos habitaciones y a cenar, había que reponer fuerzas para nuestro encuentro con la arena del día siguiente, aunque algunos fuimos a preparar el camino antes ir a dormir…

 

El curso de conducción en arena para los novatos y alguna copilota que quiso robar el volante a algún experto, y una incursión en las dunas para los expertos, pusieron el emocionante inicio de nuestros pinitos en la arena… sin parar hasta una reconstituyente comida en el salón de Ali ( madre que patatas fritas y huevos mas buenos) para de nuevo volver a la arena, en este caso, dando una vuelta completa al Erg… Al regresar una inesperada visita, alguno de nuestros amigos organizadores del Desierto de los niños nos buscaba para compartir unas cuantas dunas apurando la luz del sol. Dia acabado y la sonrisa en la cara de la terraza del Ali tomando copas de la mayoría de participantes delataba la felicidad del momento.

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 

La segunda jornada tendría como protagonista a nuestro amigo Ali, que guiándonos con su quad, nos hizo recorrer por parajes recónditos el Erg, donde sufrimos nuestros primeros reveses mecánicos, problemas con temperaturas, o algún radiador muy expuesto que recibió un golpe, mas unas cuantas atascadas hicieron avanzar mas lento de lo esperado a la caravana, cambiando nuestro lugar de comida de un Oasis a otro…. Tras la comida había que tomar decisiones y los coches “ tocados” saldrían al río de arena y dirección Erfoud para ser reparados y continuar con la aventura. De nuevo nos reunimos casi todos en el campamento de Ali para pasar una noche bajo las estrellas marroquíes. El amanecer fue espectacular, limpio sin una nube.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Esta nueva jornada de arena la afrontaríamos en grupos, los avanzados con mas experiencia abriendo camino por sus medios dirección al oasis de Oubira donde los mas nuevos llegarían siguiendo los pasos de los monitores.  Una vez reunidos llego el momento del Bautizo Bereber, donde las risas y los momentos divertidos fueron una constante. Tras un reconfortante Te salimos del Erg para comer de nuevo en el campamento de Ali, sus huevos fritos nos traen de cabeza. La tarde para recuperar los coches averiados y cargar combustible en Erfoud, nos teníamos que preparar para la gran etapa del siguiente día, eso si nos trasladamos por los emocionantes 50 km de pista, no por asafalto.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Tras levantarnos pronto ( algunos muy pronto para ver un encapotado amanecer.. excusa para hacer mas dunas) tocaba cambiar de alojamiento, un recorrido por las comarcas de Ouzina y Rmilia  nos brindaría las sensaciones de atravesar un desierto, civilizado por la cantidad de gente que se puede encontrar en lo lugares mas insospechados ( curioso que en las Dunas mas altas prácticamente no vimos grupos), pero desierto al fin y al cabo, tras comer en un impresionante desfiladero con enormes palmeras y un acogedor albergue, atravesamos una enorme hamada donde todos a la carrera descubrimos la enorme sensación de libertad de recorrer estos parajes, tan solo dos pinchazos  uno en cada grupo entorpecieron la marcha, poco a poco ascendemos hasta terminar la jornada en Tinerhir.

 

En la puerta del hotel mantenimientos y  pequeñas reparaciones, desde maleteros desordenados y maltrechos con latas reventadas, a filtros anegados de polvo, todo tiene que ser revisado y preparado para la siguiente jornada.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

El día nos saluda soleado, lo que imprime un enorme contraste dentro de las Gargantas de Todra, que apenas dejan una grieta 300 metros mas arriba de nuestras cabezas, y casi impiden que los rayos de sol lleguen al suelo, un espectacular escenario donde paseamos y tomamos café en la terraza de los acogedores establecimientos. Tras esta visita de rigor en Marruecos, volvemos lo mas rápido posible hacia Erfoud, aprovechando para visitar el escenario de alguna de las muchas películas que se han rodado en estos lugares. Tomamos posesión de las habitaciones y salimos en busca de nuevas aventuras, que llegaron antes de encontrar un buen lugar para comer, otro pinchazo azota al grupo, y mientras se cambia la rueda de nuestro Guia, preparamos una cubierta con lonas para que el grupo pudiera comer a la sombra. Degustamos de nuevo multitud de viandas traidas de casa, un vino espectacular, ensaladas, embutidos, sobrasada… parece que no hemos salido de casa y que tenemos un surtido de productos de diferentes lugares de España. Salvo por un pequeño incidente con una mesa, la comida transcurre tranquila de no ser por las “guerras” de agua de los chiquillos del grupo.

 

Nos ponemos en Marcha, nos faltan algunos miembros del grupo que han tenido que ir a reparar los neumáticos perdidos, y que además sin nosotros saberlo vuelven a tener otro percance neumático a pocos kilómetros del taller ya en asfalto, lo que les impedirá reunirse a mitad de ruta con nosotros.

 

Emprendemos la pista del Saf Saf, una espectacular ruta donde en muchas ocasiones funcionamos en la marcha mas larga de nuestros vehículos, vemos diferentes poblados, animales que nos brindan el espectáculo de su rutinaria vida, e incluso algunos aprovechan para dejar en Jaimas de población nómada ropa y regalos para los mas necesitados. Rios  de arena y lagos secos y salados ponen la emoción al recorrido. Es en uno de estos puntos donde uno de los coches nos da un buen susto, a pesar del aviso del coche que guía,  continua rápido sin ver una grieta y termina de medio lado, inclinado en medio de la pista, no pasa de susto y anécdota, son las trampas de estas pistas, en las que hay que tener mucho cuidado.

 

Un antiguo y derruido fuerte portugués donde hicimos amistad con un grupo de muchachos que juegan al fútbol  fue donde nos reunimos con el resto del grupo, con ellos nos hacemos unas fotos y alguno organiza un ordenado reparto de caramelos y chupa chups.. todos contentos volvemos al hotel a cenar y descansar, tras un día largo con mas de 300 km a nuestras espaldas.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

El sabado era nuestro día libre, aunque lejos del turismo convencional todos teníamos mas ganas de aventura, así que  nos trasladamos de buena mañana a las Dunas, unos para pasar toda la mañana con los coches y otros saldríamos para conducir los quads que habíamos alquilado. Sin duda un espectáculo ver a los 17 Quads rodando por las dunas, pilotos y pilotas disfrutando de este divertido vehiculo, durante mas de 2 horas. Sin duda me quedo con lo valiente y cañero de nuestro pequeño Hector, que le quitaba el manillar a su intrépido padre… La tarde libre que  la mayoría la utilizo para descansar y disfrutar del espectacular hotel, hacer las ultimas compras y preparar los vehículos para la triste vuelta…

 

Una vez en España nos despedimos prometiendo vernos en otra ocasión, nuevos y viejos amigos ya tenemos el vinculo en común de haber vivido otra aventura juntos, que nos hace sentirnos mas vivos y con muchas mas ganas de volver al espectacular continente de África… y es que esto “engancha”.

 

Gracias a todos los integrantes del grupo por su genial comportamiento, el compañerismo y las ganas de pasarlo bien hicieron de ello la constante de todos los días, y eso se notaba en las emisoras… pimpinela, Mohama, Hola don pepito… Así da gusto viajar….

 

Hasta la próxima aventura.

 
 
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